Volando Voy

  En Rumanía es 1h más que en España y esto me ha ido muy bien para levantarme temprano y desayunar en el hotel. Bien pronto voy en bus dirección a Bran pasando por Brasnov y Rasnov. Una vez llego a Bran veo que el castillo es enorme, de hecho, se dice que Vlad el empalador fue a dormir dos veces en ese castillo, pero que es familiar y quien si vivió fue su abuela. La reina de Rumanía vivió allí durante la primera década del siglo XX. Al salir del castillo a las 18:00h me encuentro que no hay bus para llegar a Brasov y por suerte puedo compartir taxi con Pedro, de Brasil (Río de Janeiro).   Al llegar a Brasov me encuentro que mi hotel no estaba disponible; no tenía habitación para descansar. Empieza a llover y tomo la decisión de ir a un hostal a compartir habitación con 10 personas más. Por suerte el lugar era céntrico.

¡Que calor hace en Constanza! Es increíble como cambian las temperaturas de un sitio a otro. Hoy visitaré las partes más turísticas de Constanza y aprovecharé para bañarme en el mar negro. Se le dice mar negro pq hay mucho lodo y vegetación en el fondo de sus aguas.

  Hoy ha sido un día en el que he vuelto al aeropuerto de Barcelona, a descubrir un destino nuevo. ¡Rumanía! Es de esos lugares que te cuentan que es muy bonito, económico y se come bien. En el Aeropuerto me he encontrado a mi amiga del trabajo Mariluis. Hemos quedado en vernos de nuevo en Constanta en unos días. Espero llegar a tiempo ya que el tren va como quiere aquí. Un día se rompe, otro va con retraso y nunca puedes asegurar la hora de llegada a destino. Finalmente llego a las 20:00h y voy directamente al hotel a ducharme. Una vez puesto a punto me encuentro con Mariluis, que viene acompañada de su padre, que vive en Rumanía. ¡Que majos son! Me han hecho un recorrido personalizado por los puntos más emblemáticos de Constanza, donde está el casino, paseo marítimo, Aquarium. Cenamos en el puerto y termino en el hotel descansando.

  ¡Volando voy y volando vengo! Como dice la canción. A las 4:45 am ha salido el vuelo hacia mi dulce hogar. Volver a ajustar el horario del reloj. Cuando sales de casa y te pones a vivir, el mundo te regala fantásticos momentos, sensaciones y sorpresas. Como cada viaje ha habido una transformación interior.   Que el volver no signifique que se apague esta llama que hay dentro de mí, que siga viva y me caliente y alumbre para afrontar nuevas aventuras y retos personales y profesionales. Solo tenemos una vida y juventud. Quizás no estoy en la etapa que se supone que tendría que vivir con 36 años, aunque lo acepto, reconozco y vivo a mi manera, con intensidad. Al final sé que pasaré por todas las etapas de la vida y el orden que sea sorpresa, me gusta más así.

  He pasado cuatro días en esta ciudad y me quedaría más visitando la isla. Hoy es mi último día ya que mañana sale mi barco a las 4:00 am. Me voy a hospedar en pleno centro medieval y me iré a las 3:00am. Desayuno bien, de buffet libre, hago el check out y les mando un video a mis padres emocionado por todo lo que han luchado para que aprendiera idiomas y tener buenos estudios. Han sido los mejores y los quiero mucho. Gracias a ellos puedo hacer lo que hago, con la seguridad de que todo va a salir bien. Hoy se puede decir que empieza mi vuelta a casa. Se e cae algunas lágrimas, pero son de felicidad y eso hacía mucho tiempo que no me pasaba.  Por la tarde hago compras de souvenirs y termino en la playa viendo la puesta de sol. Por la noche disfruto de la ciudad, la luna llena y su gente. 

  Hoy es mi último día por tierras griegas. Que rápido pasa todo, pero cuando miro atrás, veo todo lo que he vivido y me hace sentir orgulloso. Antes de irme he de enviar una postal y comer Moussaka, el típico plato griego. He reservado el mismo hotel que cuando vine el primer día. Maestro Greco. Tengo el vuelo el día 12 de julio a las 4:15h y me da un poco de nostalgia dejar todo esto, pero las vacaciones no son eternas, eso sí, me han vuelto a cambiar por dentro y fuera. Objetivo cumplido.